El secreto está en la mirada: ni en el VAR ni en el PowerPoint
Lo que marca la diferencia no es lo que se ve… sino lo que se observa.
Un actor invisible
4/16/20253 min read
En el fútbol —como en las organizaciones— el que solo mira, llega tarde. Y el que observa y tiene perspectiva, se adelanta.
Como árbitro descubrí lo que significa observar y la importancia que tiene. No vale simplemente con mirar la jugada, tienes que leer lo que ocurre alrededor. Es mantener la mente abierta y los ojos bien entrenados para captar lo que no es obvio, lo que no se dice, para percibir lo que es prácticamente invisible.
Una de mis tareas más importantes al llegar a las instalaciones siempre fue observar con una perspectiva amplia. Durante la revisión del campo, o el calentamiento, el mayor reto era identificar quién mandaba en cada equipo, aunque no gritase. Reconocer a esa persona a la que todos siguen aunque no lleve el brazalete de capitán. A veces era obvio, otras muchas no.
Mi gran objetivo siempre fue establecer una relación de calidad con esas personas. Hablar con ellas, conectar, ganar su confianza. De forma que, sin darse cuenta, se convieran en mis aliados y me ayudaran a controlar el partido desde dentro. Casi sin ser conscientes, pasando a formar parte de mi equipo.
Durante el partido era -es- importante mantener un nivel de consciencia elevado, para poder cambiar de perspectiva. De la amplia mirada a la visión de túnel, con foco en una zona concreta, donde se está gestando el conflicto: ese gesto, esa mirada, ese pique, esa pequeña chispa que si no se gestiona... puede prender fuego al partido.
En las organizaciones ocurre igual. Un buen líder observa con perspectiva. Eleva su mirada para entender con mayor profundidad el clima y cómo son las relaciones entre las personas que forman los equipos. Percibe cómo son las dinámicas ocultas y es capaz de anticiparse al conflicto. Detectar dónde está la mayor tensión, o quién puede explotar, para intervenir justo donde más impacto puede generar.
La observación y la perspectiva pocas veces salen reflejadas en los datos, o en los informes, o en los cuadros de mando. La mayoría de las veces están en nuestra capacidad para leer el entorno, conectar con el futuro que quiere emerger. Permanecer con atención en las personas y actuar con intención.
¿Y tú? ¿Eres de los que simplemente ven…, o de los que observan con perspectiva?
Porque no se trata solo de apagar fuegos, lo interesante es ver el humo antes de que se genere.

¿Te apetece probar tu capacidad de observación?
¿Cuántas veces en nuestra organizaciones, en nuestro día a día, miramos y no vemos?
Te propongo ver el siguiente vídeo con perspectiva, con curiosidad, y dedicarte un tiempo para reflexionar antes de visualizar el segundo vídeo.
Si estuviste atento, es posible que observaras las pistas que explican -no justifican- porque ese chico irrumpe en el gimnasio con un arma. En todo caso, vieras o no algo extraño, percibieras o no la tensión... te animo a ver la segunda parte del vídeo.

En relación con esta campaña, me resulta curioso la paradoja de que una marca asociada a la moda, a lo efímero, evidencie comportamientos (casi) permanentes. Cómo es capaz de transformar y deconstruir una historia en apariencia elegante y sofisticada, para revelar signos ocultos de violencia.


Si te has quedado con ganas, te dejo otro vídeo para que 'observes', siguiendo el mismo proceso.
Parte 1 (1'40")
Parte 2 (0'50")
Parte 1 (1'14")
Parte 2 (0'33")
Dónde estaba la tensión qué quería manifestarse? ¿Pudiste detectarla?
Ya estábamos llegando al restaurante. —Ahora viene lo difícil: aparcar. Aquí es imposible —me recordó Javier.
Confiado, como casi siempre, en cuanto entramos en la calle, lo vi. A unos cien metros. Un gesto, sutil pero suficiente. —Allí. Ya está —le dije.
En cuestión de segundos —lo que tardamos en avanzar lentamente—, una señora entró en su coche, puso el intermitente y dejó libre una plaza de aparcamiento que podría haber batido récords en una subasta de Sotheby’s.